El ROE es uno de los ratios de rentabilidad más utilizados y que se obtiene de la división del beneficio neto para los fondos propios. Recibe su nombre por las siglas de la expresión inglesa: Return On Equity. Esta medida está relacionada con la rentabilidad de los activos y el retorno sobre el capital. En definitiva, el ROE mide la eficacia de la gestión en la maximización de la rentabilidad para los titulares de acciones ordinarias.
La rentabilidad es la compensación o rendimiento que un tenedor recibe de su activo y representa una de las claves en las finanzas. Por eso, en nuestras formaciones financieras estudiamos conceptos como la rentabilidad nominal y real, acumulada y media, la curva de rentabilidades o el binomio rentabilidad-riesgo. Si quieres ampliar tus conocimientos sobre el sistema financiero, echa un vistazo a nuestro Máster Online en Asesoramiento Financiero y ponte en contacto con nosotros.
Ahora nos vamos a centrar en una de las medidas más importantes cuando hablamos de rentabilidad: el ROE. Esta es la fórmula: ROE = Beneficio neto/ Fondos Propios
Como se determina en la fórmula, el ROE es un parámetro destinado a medir el rendimiento de cada unidad económica aportada en los fondos propios de la sociedad. Los fondos propios de la empresa no solo pueden derivar de los accionistas, sino que también pueden ser los generados por ella.
Este ratio se utiliza principalmente por los accionistas, que pueden medir la capacidad que ha tenido la empresa para remunerar a los inversores y compararla con otras entidades.
La rentabilidad financiera se suele expresar en términos porcentuales y de esta manera es mucho más fácil comparar las diferentes opciones.
El ROE dentro de los ratios de rentabilidad
Como hemos indicado, el ROE forma parte de los ratios de rentabilidad de una empresa, es decir, de los indicadores económicos y financieros que nos permiten conocer en qué medida la actividad de la entidad resulta rentable.
En definitiva, miden la eficiencia en el uso de los activos en relación con la gestión de sus operaciones. De cara a los inversores, resultan muy reveladores. Además del ROE, estos son algunos de los indicadores más destacados:
- Flujo de caja: más conocido por sus siglas del inglés, Free Cash Flow (FCF). Es el dinero disponible (cash) en una compañía una vez cubierta la reinversión en activos fijos y en necesidades operativas de fondos.
- ROA: es la rentabilidad de los activos financieros. Se trata de uno de los ratios más utilizados, ya que mide la capacidad de una empresa de generar ganancias. Se obtiene dividiendo el beneficio neto para los activos.
- ROCE: es el retorno del capital empleado (Return On Capital Employed). Dicho de otra manera, la rentabilidad exigida a los capitales empleados en una empresa.