Una estrategia de producto es el conjunto de todas aquellas acciones que se diseñan desde el área del marketing para realizar un bien o servicio, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del cliente potencial. Es decir, se trata de una estrategia de marketing fundamental, ya que en un entorno competitivo no solo debe aplicarse, sino también actualizarse de forma permanente.
Para realizar una estrategia de producto óptima es imprescindible tener un buen conocimiento de los comportamientos del consumidor y de su respuesta ante el lanzamiento de nuevos artículos. Además, es importante conocer las actitudes y las posibles reacciones de las empresas competidoras.
En este sentido, antes de llevar a cabo la estrategia de un producto deberás definir el público objetivo, es decir, quién podría comprarlo teniendo en cuenta características como la demografía, el género, la edad, los ingresos, los estudios, etc. En definitiva, conformar el perfil del consumidor potencial. De igual manera, tendrás que definir cómo será la distribución de esta nueva mercancía.
Esta estrategia es el punto de partida del conocido Marketing Mix. Es clave para dar respuesta a las llamadas 4Ps –producto, precio, posición y promoción- propuestas por E. Jerome McCarthy, profesor de contabilidad estadounidense, en 1960. Estas 4Ps tienen la capacidad de explicar cómo funciona el marketing de forma integral y completa.
A través de esta estrategia de producto, una empresa podrá definir su camino, tomando como referencia el propio artículo, y desarrollar a partir de este punto su plan de acción comercial.
Así, las principales características para ejecutarla correctamente serán conocer bien cuál será el público objetivo y tener claros los beneficios del objeto, así como qué aporta como novedad frente a la competencia.
5 factores para conseguir crear el producto perfecto
1. Un producto bien definido
Definir de forma clara cómo va a ser es fundamental. Para ello, se deberá responder a una serie de preguntas:
- ¿Qué es y para qué sirve?
- ¿Cuáles son sus beneficios?
- ¿Cuáles son sus principales características?
- ¿Quiénes lo van a utilizar?
- ¿Es nuevo o ya existe en el mercado?
En definitiva, unas cuestiones que servirán para determinar de manera correcta cuál es el producto que se va a presentar.
2. Conocer a tu competencia
Conocer el entorno competitivo te ayudará a conseguir un mejor producto y una mayor claridad en la estrategia comercial. Así, se deberá intentar averiguar cuál es la competencia directa, es decir, si hay artículos iguales a los de tu empresa, o tienen cierta relación. Además, analizar a la competencia indirecta será de gran ayuda, porque quizás no fabrican objetos iguales al tuyo, pero pueden sustituirlo al cumplir las mismas funciones. Tantear la competencia del sector será vital, ya que si entramos en uno donde esté presente una guerra de precios puede suponer un gran escollo a superar para que nuestro producto tenga éxito.
3. Definir la estrategia de producto
Será importante saber cómo encaja dentro de la estrategia global de una compañía. Deberás tener en cuenta, por ejemplo, si está consolidado o es nuevo, o si es ya un líder en el mercado o es secundario. Asimismo, hay que analizar las cifras al respecto, como la cuota de mercado, los posibles ingresos o el retorno de inversión.
Conocer el público objetivo, realizar un análisis DAFO con las características internas (Fortalezas y Debilidades) y externas (Amenazas y Oportunidades) del propio producto y elaborar el plan de ventas son otros de los requisitos.
4. Marketing
Tener claro cómo se va a comercializar, qué precio tendrá, dónde se venderá o cómo se anunciará serán cuestiones clave para conseguir el producto perfecto.
5. Creer en el producto
Tener una visión de alto nivel sobre tu creación será igualmente una parte fundamental en este proceso. Compartir este entusiasmo y pasión ayudará a establecer una meta para saber hacia dónde llevarlo y para involucrar a las personas de la compañía.
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