¿Qué es la gestión de riesgos en una empresa?

11/28/2025
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La gestión de riesgos se ha convertido en un elemento imprescindible dentro de la planificación empresarial moderna. Comprender este proceso es esencial para organizaciones de cualquier tamaño y sector, ya que influye directamente en la toma de decisiones estratégicas y en la estabilidad a largo plazo.

Además de ser un componente vital del gobierno corporativo, la gestión de riesgos ayuda a identificar oportunidades, mejorar la eficiencia interna y fortalecer la resiliencia organizacional. A través de métodos, herramientas y procedimientos estructurados, las empresas pueden evaluar escenarios, priorizar acciones y establecer un plan que reduzca al mínimo los impactos negativos.

En este post del Instituto Europeo de Posgrado abordaremos cómo se estructura la gestión de riesgos en una empresa y por qué resulta esencial para la toma de decisiones.

¿En qué consiste la gestión de riesgos?

La gestión de riesgos es el conjunto de procesos mediante los cuales una empresa identifica, analiza y controla potenciales amenazas que podrían afectar sus objetivos. 

Este enfoque no solo se centra en prevenir eventos negativos, sino también en gestionar la incertidumbre para aprovechar oportunidades de mejora o crecimiento. Es un ejercicio continuo que implica revisión, actualización y una visión integrada del negocio.

En la práctica, la gestión de riesgos funciona como un marco que permite a los responsables evaluar la probabilidad de que un evento ocurra y el impacto que podría generar. 

Por ejemplo, una empresa logística puede prever retrasos en su cadena de suministro debido a condiciones climáticas extremas, permitiendo ajustar rutas o reforzar alianzas estratégicas para garantizar la continuidad del servicio.

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¿Quién elabora el plan de gestión de riesgos?

El plan de gestión de riesgos suele ser elaborado por un equipo especializado compuesto por responsables de cumplimiento, auditores internos y directivos vinculados a las áreas claves de la empresa

En organizaciones más grandes, existe incluso un departamento dedicado a la gestión de riesgos corporativos. La dirección general también desempeña un papel clave, ya que valida las estrategias y asigna los recursos necesarios para su implementación.

Una vez definido quién es el responsable de elaborar el plan de gestión de riesgos dentro de la organización, resulta relevante abordar las certificaciones profesionales que garantizan la competencia técnica de quienes participan en este proceso

Estas acreditaciones, basadas en normas internacionales, aseguran que los auditores y responsables aplican metodologías reconocidas y actualizadas, fortaleciendo así la fiabilidad y eficacia del sistema de gestión de riesgos corporativo.

Certificado de Auditor Interno en la Norma ISO 22301

El Certificado de Auditor Interno en ISO 22301 acredita que un profesional posee los conocimientos necesarios para evaluar sistemas de gestión de continuidad del negocio. 

Esta norma internacional establece cómo garantizar que las actividades esenciales puedan mantenerse ante interrupciones inesperadas, como fallos tecnológicos o desastres naturales. Obtener este certificado permite auditar procesos, revisar planes de contingencia y verificar que las empresas están preparadas para operar incluso en situaciones críticas.

Certificado de Auditor Interno en la Norma ISO 45001

Este certificado avala la capacitación para auditar sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo basados en la norma ISO 45001. 

Quien lo obtiene está preparado para revisar procedimientos preventivos, identificar riesgos laborales y garantizar que la empresa cumple los requisitos para proteger a sus empleados. 

Su papel resulta fundamental en sectores industriales o de alto riesgo, donde una correcta evaluación puede evitar accidentes y mejorar el bienestar laboral.

¿Cómo se realiza la gestión de riesgos?

La gestión de riesgos se desarrolla a través de un proceso estructurado compuesto por varias fases esenciales:

  1. Identificación de riesgos

Se detectan los eventos internos o externos que podrían afectar a los objetivos de la organización. Este paso implica revisar procesos, analizar datos históricos y consultar a los equipos involucrados.

  1. Análisis y evaluación

Cada riesgo se valora según su probabilidad de ocurrencia y el impacto potencial que generaría sobre la empresa, permitiendo establecer prioridades y determinar cuáles requieren atención inmediata.

  1. Diseño de respuestas o planes de acción

Se definen medidas preventivas, correctivas o de mitigación para cada riesgo significativo. Estas acciones pueden incluir cambios en procesos, inversión tecnológica, formación o protocolos de contingencia.

  1. Implementación y seguimiento continuo

Las acciones diseñadas se ponen en práctica y se supervisan de forma periódica para comprobar su eficacia. Esta fase permite actualizar el plan conforme cambian las condiciones internas o externas de la organización.

Herramientas para la gestión de riesgos

Las empresas emplean diversas herramientas para estructurar y visualizar la información relacionada con los riesgos. 

Un mapa de riesgos permite ordenar cada amenaza según su probabilidad e impacto, facilitando la toma de decisiones prioritarias. 

Los planes de contingencia establecen acciones concretas para responder ante eventos críticos, mientras que las estrategias de mitigación ayudan a reducir la vulnerabilidad organizativa mediante medidas preventivas, mejoras tecnológicas o formación interna.

Tipos de gestión de riesgos

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Una vez establecido el marco general de la gestión de riesgos, es fundamental comprender cómo se clasifican las distintas amenazas que pueden afectar a una organización. 

Cada tipo de riesgo exige un enfoque específico, técnicas de análisis particulares y medidas de control adaptadas a su naturaleza. A continuación, se presentan las principales categorías de gestión de riesgos y su relevancia dentro del entorno empresarial.

Gestión de riesgos financieros

Los riesgos financieros comprenden eventos que pueden afectar la estabilidad económica de la empresa, como fluctuaciones del mercado, impagos o variaciones en los tipos de interés. 

Gestionarlos implica identificar el origen de estas amenazas, medir su impacto en la liquidez o rentabilidad y aplicar medidas para minimizar efectos adversos. Este enfoque permite anticiparse a cambios bruscos y proteger los recursos económicos de la organización.

Por ejemplo, una empresa que depende de proveedores internacionales puede sufrir pérdidas por variaciones en el tipo de cambio. Al implementar coberturas financieras o negociar contratos a precio fijo, se reduce la exposición al riesgo, garantizando un mayor control sobre los costes y preservando la estabilidad presupuestaria.

Gestión de riesgos operativos

Los riesgos operativos están vinculados al funcionamiento diario de la empresa e incluyen fallos tecnológicos, errores humanos o problemas en procesos internos. Su correcta gestión requiere revisar procedimientos, capacitar al personal y mejorar los sistemas de control para reducir la posibilidad de interrupciones.

Como ejemplo, un fallo en el sistema informático de una tienda online puede detener las ventas durante horas. Con un plan de recuperación y copias de seguridad actualizadas, es posible restablecer el servicio rápidamente y evitar pérdidas significativas.

Gestión de riesgos estratégicos

Los riesgos estratégicos afectan a la dirección global de la empresa e incluyen decisiones erróneas, cambios en el mercado o pérdida de competitividad. Gestionarlos implica analizar tendencias, evaluar escenarios futuros y ajustar la estrategia corporativa para preservar la posición en el sector. Es un proceso estrechamente vinculado a la planificación a largo plazo.

Un ejemplo ocurre cuando una empresa no se adapta a la digitalización y pierde cuota de mercado frente a competidores tecnológicos. La implementación de nuevas herramientas digitales y la formación del personal pueden revertir el impacto y mejorar la competitividad.

Gestión de riesgos laborales

Los riesgos laborales se relacionan con la seguridad y salud de los trabajadores. Su gestión implica identificar condiciones peligrosas, implementar medidas preventivas y cumplir normativas de seguridad. Este trabajo resulta esencial para garantizar entornos seguros y evitar incidentes que afecten al bienestar del equipo.

Por ejemplo, en una empresa industrial, el uso inadecuado de maquinaria puede provocar accidentes. A través de programas de formación y mantenimiento preventivo, se reducen significativamente las posibilidades de lesiones y se promueve una cultura de seguridad.

Gestión de riesgos emergentes

Los riesgos emergentes son aquellos que aún no están totalmente definidos o cuya evolución resulta incierta. Incluyen innovaciones tecnológicas, riesgos digitales o cambios sociales que pueden transformar el panorama empresarial. Su gestión requiere vigilancia constante y análisis prospectivo.

Un ejemplo claro son los riesgos asociados a la inteligencia artificial. Aunque ofrece ventajas competitivas, también implica desafíos éticos, regulatorios y de seguridad. Anticiparse a estos cambios permite a la empresa prepararse mejor y adaptar sus políticas internas.

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