El cambio climático supone un reto en todos los ámbitos y en el de las finanzas también. Es el momento de enfrentarse a nuevos retos, formarse y ofrecer las soluciones necesarias para llevar a cabo un futuro sostenible.
Todas las empresas y sectores, de una forma u otra, deberán hacer frente al cambio climático y cambiar su perspectiva de futuro. El objetivo pasa por impulsar un sistema financiero que apoye la reconversión hacia una economía sustentada en las “finanzas sostenibles”.
¿Qué son las finanzas sostenibles?
Son aquellas que adoptan un criterio ético con factores sociales y medioambientales en las decisiones de inversión a largo plazo.
Supone un cambio de cultura para el mundo financiero y que, poco a poco, pero con paso firme, debe adaptarse a los cambios para satisfacer a la vez las demandas de una sociedad cada más concienciada con la importancia de cuidar el planeta.
En este sentido, las finanzas sostenibles representan un punto de partida para la transformación profunda del sistema financiero, aunque se desconoce cómo será el resultado final. Pero se ha podido comprobar que la gestión a medio y largo plazo siempre es más rentable que la basada en el corto plazo.
Los modelos de finanzas sostenibles generan, además, un impacto positivo en el entorno y en la sociedad; una rentabilidad moderada, pero estable, y menos volátil, para el banco y para sus accionistas e inversores.
Retos del sistema financiero
1. Efectos directos físicos del cambio climático
Los gestores deben prever y mitigar estos efectos. Los daños causados por la meteorología (huracanes, sequía, inundaciones, tormentas, etc.) en las infraestructuras de las compañías y en el desarrollo de sus actividades comerciales se deben tener cada vez más en cuenta. Por eso, hay que evaluar los posibles riesgos y que la gestión financiera sea prudente (pólizas de seguros).
2. Cambios en los modelos de negocio
Los sectores que no tengan en cuenta el cambio climático y no se comprometan con la sostenibilidad van a ver reducida su financiación, sus proveedores y la demanda de los clientes. Desde las direcciones financieras se debe participar en el cambio de paradigma y adaptarse a las nuevas condiciones medioambientales y sociales.
3. Nuevas políticas ante la emergencia climática
Las compañías deben valorar y tener en cuenta las políticas que se están llevando a cabo desde los gobiernos en materia medioambiental. Por ejemplo, la tendencia hacia los nuevos tributos verdes o las reducciones en emisiones de gases de efecto invernadero. Nuevas medidas que la dirección financiera de las compañías deberá integrar y formarse para incluirlas y aplicarlas en sus empresas.
Descubre estos retos en nuestra infografía sobre el reto de las finanzas ante el cambio climático:
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 la conocida como Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas y el planeta. Esta agenda plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los cuales las empresas desarrollan un papel fundamental para lograrlos.
Entre otros, los ODS incluyen la reducción de al menos el 40% de los gases efecto invernadero o lograr como mínimo un 27% del total de energía que provenga de fuentes renovables.
Las finanzas tendrán mucho que ver para alcanzar estos objetivos. Un ejemplo son los denominados bonos verdes (títulos de crédito –deuda- emitidos, bien por instituciones públicas o bien por empresas privadas con el compromiso de invertir en un proyecto verde en ámbitos como energías renovables, transporte limpio, gestión de residuos…). Estos bonos deben cumplir con los llamados Green Bond Principles (GBP), que promueven la integridad del mercado de este tipo de instrumentos. Cuentan con diversas ventajas, como el acceso que este tipo de emisiones proporciona a una nueva clase de inversores que por principios solo invierten en este tipo de activos o la diferenciación que supone ser una compañía verde frente a otros agentes de mercado.
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