Con la revolución del teletrabajo y de las clases online, nos hemos dado cuenta de uno de los mayores lastres que tenemos actualmente en pleno siglo XXI: la falta de concentración.
Estamos tan acostumbrados a que nos bombardeen con publicidad, con anuncios, con nuevos eventos en multitud de canales (correo electrónico, redes sociales, chats, comerciales a pie de calle, pósters, etc.) que apenas respondemos a esos estímulos que a un hombre del s. XVI le hubiera agobiado en apenas 5 segundos.
Por ello, muchos coaches y nuevos gurús de la productividad tratan de hacer que nuestro tiempo esté invertido en lo que verdaderamente queremos y que no esté distraído con elementos que en realidad no nos aportan nada.
Lo importante aquí es sobre todo conocerse a uno mismo, saber dónde tenemos nuestros fallos y trabajar todos los días para subsanarlos lo mejor posible.
Uno de esos grandes fallos que sufren sobre todo los estudiantes es precisamente la falta de concentración y foco cuando se está estudiando. Por eso hoy en IEP queremos hablarte de una técnica de estudio que, si bien se concebió ya hace tiempo, ha demostrado con creces ser altamente efectiva: la técnica Pomodoro.
¿Qué es la técnica Pomodoro?
La técnica Pomodoro, o método Pomodoro, es una herramienta tanto de estudio como de trabajo. De hecho, como forma más precisa de definición, podemos decir que es una metodología de productividad.
La base de esta técnica consiste en dividir el tiempo en periodos de 25 minutos. Ni un minuto más, ni un minuto menos. ¿Por qué? Porque lo que se busca con esta técnica es alcanzar lo que se llama el “foco de concentración“: ese estado de focus en el cual solo estás centrado en acabar esa tarea que tienes entre manos, sin distracciones de ningún tipo.
Estos bloques de 25 minutos son los que dan el nombre a la técnica: se llaman “pomodoros”. Entre ellos, hay un tiempo de descanso de 10 minutos. Cuando ya has hecho cuatro bloques, el tiempo de descanso aumenta a 30 minutos. Esto lo explicaremos con detalle después.
¿Quién inventó el método Pomodoro?
El inventor de esta técnica fue Francesco Cirillo, un estudiante italiano que se dio cuenta de lo improductivas que eran no solo sus sesiones de estudio, si no las de todos sus compañeros en general.
Repetían la misma mecánica: estudiar toda la noche con dosis de cafeína demasiado altas y al final esto afectaba en demasía su concentración, pues los niveles de cortisol son demasiado altos y el descanso (imprescindible para cualquier actividad mental) era muy poco.
Por lo tanto, acababan cayendo en la trampa de releer una y otra vez el mismo material sin retenerlo en su memoria.
Decidido a abandonar esta espiral de desastre, Francesco Cirillo cogió un temporizador de cocina que tenía forma de tomate (pomodoro, en italiano). Estableció un tiempo de 10 minutos en el cual se obligó a concentrarse por solo ese breve lapso de tiempo, prometiéndose después una pequeña recompensa.
Y funcionó. Siguió probando para ver cuánto tiempo era capaz de mantener ese nivel de concentración seguido y descubrió que su productividad empezaba a disminuir a partir de los 30 minutos, momento en el que empezaba a distraerse. De ahí que surgieran los pomodoros, bloques de 25 minutos máximo.
¿Qué beneficios tiene la técnica Pomodoro?
El método Pomodoro es especialmente idóneo para aquellos a los que les cuesta mantener el foco durante la realización de una tarea. De esta manera, establecer bloques de tiempo o pomodoros permite:
- Una calidad de concentración más alta: al ser un periodo de tiempo relativamente corto, permite “forzar” a concentrarse de forma más efectiva.
- Una mejor gestión del tiempo: establecer bloques de tiempo muy precisos permite saber exactamente cuánto tiempo se le está dedicando a una determinada labor, sea estudiar o elaborar un informe.
- Ligado a lo anterior, conocer en qué gestionas tu tiempo y cuánto tardas exactamente en realizar una tarea (o estudiar un tema) te permite saber con precisión en qué estás siendo productivo y por cuánto tiempo, por lo que aumentará sustancialmente tu productividad.
- Mayor sensación de satisfacción: al realizar tus tareas y estar más tiempo concentrado, la sensación de bienestar es mayor. Al ser humano le gusta mucho ese sentimiento de haber completado todos los quehaceres que se ha propuesto, por lo que la sensación de triunfo será mayor.
- Se gestionan mejor las distracciones, a fin de cuentas entre pomodoros hay periodos de 10 minutos para distraerte y dejar divagar la mente antes de establecer otro bloque.
Eso sí, hay que tener en cuenta un aspecto: hay personas cuyo flujo de concentración es más alto que 25 minutos, incluso pudiendo mantenerlos por periodos de una hora o hasta dos.
Por ello, es importante que experimentes cuál es exactamente tu periodo de concentración idóneo. Quizás no sean 25 minutos, quizás sean 35 minutos o 120 minutos. Sea cual sea, ponlo a prueba, cronométralo y ten en cuenta variables como el descanso o tu lugar de trabajo y/o estudio. Si estudias en la biblioteca es más fácil que te interrumpan o te distraigas que estudiando en casa, con lo que tu tiempo de focus será variable.
Y sobre todo, una vez tengas establecido ese periodo de concentración, aplica los descansos oportunos entre medias. Esto es indispensable, el cerebro necesita divagar, es su manera de descansar y ser eficiente, y es algo inevitable: lo queramos o no, nuestro cerebro llegará un momento en el que dejará de concentrarse en lo que estés haciendo. Si estás hora y media de seguido estudiando, date después 30 minutos para respirar o hacer otras cosas antes de volver a sentarte en la silla. Tu atención mejorará, te lo aseguramos.
¿Cómo se aplica el método Pomodoro?
Para utilizar la herramienta de los bloques de tiempo, o pomodoros, de forma óptima te aconsejamos que antes de ponerte a ello, hagas el siguiente ritual:
- Ordena el espacio en el que vayas a estudiar o a hacer un trabajo;
- Asegúrate de que no recibes distracciones de ningún tipo. Puedes adquirir unos tapones para los oídos o unos cascos con música y poner ruido blanco de fondo para estar únicamente centrado en lo importante.
- Quita las notificaciones del teléfono. Todas.
- Ten a mano todo el material que vayas a necesitar: bolígrafos, rotuladores, reglas, manuales, etc. El objetivo de esto es que no pierdas el tiempo buscando nada.
- Márcate un objetivo. Por ejemplo: estudiarte un epígrafe, hacer la introducción de tu trabajo o investigar sobre un tema concreto.
Una vez ya has hecho el ritual preparatorio, es hora de comenzar a aplicar la técnica pomodoro:
- Coge un cronómetro. Da igual si es el del móvil o un temporizador de cocina, lo importante es que establezcas un periodo de 25 minutos. Es muy importante esto y que no seas tú el que esté mirando la hora o calculando a ojo cuánto tiempo ha pasado, eso solo te distraerá más.
- Durante ese periodo de tiempo, céntrate en realizar tu objetivo y nada más.
- Una vez suene la alarma de los 25 minutos, programa de nuevo otra con 10 minutos de descanso y levántate, estírate o distráete con lo que quieras hasta que se acabe el descanso.
- Repite estos tres primeros pasos hasta haber completado cuatro bloques de tiempo, o pomodoros. Terminado el cuarto bloque, haz un descanso más largo, entre 20 y 30 minutos según la fatiga que sientas.
Como ves, el método Pomodoro es muy sencillo y es una herramienta muy potente para tu productividad a la hora de estudiar. Con ella podrás establecerte todo tipo de objetivos académicos, como estudiar un máster o posgrado con nosotros.
Si estás pensando en comenzar una nueva profesión o especializarte, accede ya a la oferta formativa del Instituto Europeo de Posgrado y empieza ya a labrar tu futuro.