Muchas personas tienen dificultades para mantener la concentración mientras estudian. Sin embargo, dejar de lado las distracciones y focalizar la atención es esencial para que el tiempo invertido sea productivo. En este artículo te mostramos cómo mejorar tu capacidad de concentración para mejorar en los estudios.
Aprende a concentrarte
Al igual que necesitas minimizar las distracciones cuando te quedas dormido, necesitas hacer lo mismo cuando estudias. Concentrarse significa centrarse en una cosa excluyendo todo lo demás. Una buena forma de entrar en el tema es hojear el material antes de sumergirte en él.
Repasar ligeramente los apuntes y familiarizarte con lo que has aprendido puede ayudarte a consolidar los conocimientos y a identificar cuáles son tus puntos fuertes y débiles para crear un esquema de abordaje.
Una vez que hayas establecido un esquema de trabajo, empieza a dividirlo en sesiones de tamaño reducido. El objetivo es crear sesiones de estudio que sean cómodamente manejables y que incrementen tu motivación.
Varía los métodos de estudio para mejorar la concentración
Todo el mundo se agota después de un tiempo. No se puede leer ni subrayar mucho antes de que la mente se desvíe. Algo que puede ayudar enormemente a recuperar la concentración es introducir un poco de variedad, tanto en el entorno como en el método de estudio.
Por ejemplo, prueba a cambiar de escenario dándote un paseo o practicando ejercicio en el que te dediques a recitar en voz baja todo lo que sabes sobre un tema concreto, aunque no tengas el material delante. También puedes realizar rondas de tarjetas de preguntas para romper la monotonía y descubrir lo que realmente has interiorizado.
La importancia del entorno
Por lo general, elegir un lugar de estudio adecuado es una gran manera de eliminar las distracciones para que puedas concentrarte en lo que tienes delante. Busca una zona tranquila, como una habitación privada o una biblioteca, despeja el espacio de estudio de todo aquello que no necesitas y apaga los dispositivos electrónicos que puedan interferir en tus estudios. De esta forma, conseguirás reducir el estrés y aumentar tu concentración.
Del mismo modo, incluir plantas en los espacios destinados al estudio ayuda a mejorar la calidad del aire y a aumentar la concentración y la productividad. Por lo que puedes colocar plantas de fácil cuidado, como suculentas, tallos de bambú o cintas, en tu escritorio.
Establece objetivos de estudio
Si te fijas objetivos, cambiarás tu experiencia de estudio y lograrás tomar el control para progresar en tu aprendizaje. El reparto por secciones del tiempo de estudio aumentará tu disposición a la concentración. Para lograrlo:
- Planifica tu trabajo.
- Alterna el estudio de diferentes materias.
- Fíjate objetivos alcanzables.
- Recompénsate cada vez que completes una tarea.
Tómate un descanso
Estudiar durante horas puede aumentar el cansancio y disminuir la concentración. Cuando sientas que tu concentración disminuye, haz un descanso breve, de unos 15 minutos. Puedes aprovechar este tiempo para despejar la mente, hidratarte, dar un paseo en el exterior o realizar algo de ejercicio. Tomar pequeños intervalos de descanso durante las sesiones prolongadas de estudio mejora la productividad de tu mente y la retención de conocimientos.
Algunas técnicas de estudio para mejorar la concentración
- Verbaliza la información en lugar de leer en silencio para aumentar la entrada sensorial al cerebro.
- Utiliza reglas mnemotécnicas para memorizar.
- Elabora esquemas y tarjetas de estudio.
- Utiliza mapas conceptuales y gráficos para visualizar y organizar la información.
- No intentes hacer dos tareas al mismo tiempo.
- Visualiza lo que has leído.
- Despeja tu mente de pensamientos preocupantes practicando yoga, ejercicios de relajación o dando un paseo.
- Desarrolla interés por lo que estás estudiando e intenta relacionarlo con tu propia vida.
- Entrena tu cerebro a base de recompensas.
- Establece una rutina de estudio y márcate objetivos.
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