Las caídas de la bolsa o la circunstancia de un mercado bajista, lejos de suponer inevitablemente pérdidas, puede convertirse en una oportunidad para generar ganancias bursátiles con la estrategia adecuada. En este artículo, te contamos cómo aprovechar las posiciones cortas cuando la bolsa cae.
¿Qué es un mercado bajista?
Un mercado bajista se refiere a un descenso generalizado de los precios de los activos de al menos un 20% desde los máximos recientes, es decir, una caída de la bolsa. Evidentemente, nadie quiere encontrarse en medio de una caída de precios de sus acciones, sin embargo, se puede aprovechar la oportunidad para conseguir beneficios poniendo en marcha una estrategia de posición en corto, adoptando una postura calmada y práctica.
Posiciones cortas en bolsa
Una posición corta es aquella en la que el inversor espera y se beneficia de una caída del precio del valor. Para ello, existen varias estrategias en corto que se pueden seguir:
Venta en corto tradicional
El método tradicional consiste en pedir prestadas acciones o activos a un agente de bolsa y venderlas al precio actual del mercado. Si el mercado baja, como el inversor espera, puede volver a comprar las acciones a un precio más bajo y entonces, devolvería las acciones al prestamista y se llevaría la diferencia de precio como beneficio.
No obstante, si el inversor se equivoca y el mercado empieza a subir de nuevo, tendrá que volver a comprar las acciones a un precio de mercado más alto. Hay que tener en cuenta que cuando se vende en corto, existe la posibilidad de sufrir pérdidas si el mercado sube. Además, las posiciones cortas en acciones solo se les proporcionan a inversores acreditados que generen confianza a los agentes bursátiles o incluso, si se ejecuta la venta en corto, el inversor suele tener que depositar un margen o una garantía con el corredor a cambio de las acciones que le hayan sido prestadas.
Venta en corto con derivados financieros o CFD
Los derivados financieros, conocidos por sus siglas en inglés CFD (Contract For Difference) son contratos por diferencia. Es decir, un contrato que estipula que el vendedor pagará al comprador la diferencia entre el valor actual de un activo subyacente. Sin embargo, si en el momento de la finalización del contrato la diferencia es negativa, entonces, el comprador pagará al vendedor.
La venta en corto es una función clave de la propia negociación de derivados. Estos productos son puramente especulativos y toman su precio del precio del mercado subyacente. Cuando se opera con derivados lo que realmente se está haciendo es comprar un contrato para intercambiar la diferencia entre el precio de apertura y el de cierre de un activo. Por lo tanto, un inversor hace una apuesta por extensión, lo que significa que está apostando por el rumbo al que se dirige el precio de un activo concreto. En el caso de una posición corta, su beneficio depende de que los precios bajen, lo que generaría el mismo resultado que una posición tradicional de venta en corto.
Posiciones en corto con fondos cotizados o ETF
Los fondos cotizados en bolsa en corto -o ETF inversos- proporcionan una exposición corta a la rentabilidad diaria y están diseñados para obtener beneficios cuando el índice de referencia subyacente disminuye. Se componen de una variedad de productos derivados, principalmente contratos de futuros que pueden ejecutarse a través de un derivado conocido como swaps. Los ETF inversos, suelen ofrecer una gran cantidad de potencial de rentabilidad, aunque también de riesgo, en comparación con los productos tradicionales.
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