¿Qué es la Cuarta Revolución Industrial? ¿A qué hacemos referencia cuando nos referimos a la “Industria 4.0”? ¿Podemos comenzar a hablar ya de Quinta Revolución Industrial?
Son muchos los que hablan ya sobre una revolución centrada en la Inteligencia Artificial y que se nutre de los avances en la robótica, nanotecnología, biotecnología, internet de las cosas (Big Data) o impresión 3D.
En este post podrás descubrir sus características y los antecedentes en la historia de las revoluciones industriales que han configurado nuestro sistema actual. Lo conocemos de la mano del profesor y analista de riesgos Marcos Antinao, autor de este artículo:
Un repaso a la historia y un adelanto de la Quinta Revolución Industrial
Durante la edad media y hasta mediados del siglo XVIII, los sistemas de producción eran de tipo artesanal. Es por eso, eran los artesanos mediante sus pequeños talleres, quienes dominaban los sistemas productivos, y sus gremios los que poseían una fuerte influencia sobre los sistemas de producción.
Dichos gremios agrupaban a los artesanos que desempeñaban el mismo oficio, y verificaban la calidad de los trabajos producidos, decidían los cupos de personas que podían desempeñar el oficio, e influían en la vida económica y social de sus afiliados. Este tipo de sistema generaba cantidades muy reducidas de productos, dado que se elaboraban manualmente, y por lo tanto se dirigía a un mercado muy reducido.
Primera Revolución Industrial
Con la primera revolución industrial (siglo XVIII en Inglaterra), el sistema productivo artesanal comienza su decadencia, por lo que cabe esperar que fueran los gremios de artesanos, quienes evidentemente opusieran mayor resistencia al nuevo sistema de producción industrial.
Si bien es importante destacar que la revolución industrial no fue un fenómeno que apareció repentinamente, ni que solo afectó a los sistemas de producción.
Fue un movimiento que cambió la forma de vida de la sociedad en muchos aspectos como el surgimiento de la clase media, mayor alfabetización, urbanización, grandes comunidades interdependientes, desarrollo de disciplinas como la psicología, sociología o la misma economía, sindicalización y derecho de los trabajadores, surgimiento del capitalismo y demás aspectos socioculturales. Pero por cuestiones de tiempo y espacio solo nos centraremos en los aspectos productivos.
Las nuevas formas de producción, gracias al desarrollo y creación de maquinarias como la de vapor entre los años 1772 (James Watt en sociedad con John Roebuck) y 1774 (James Watt en sociedad con Matthew Boulton), que dará pie al posterior desarrollo de la primera locomotora a vapor (entre 1804 y 1829) reduciendo así los tiempos de la logística, o el primer telar mecanizado entre los años 1784 (diseñado por Edmud Cartwright) y 1786 (año de su patentamiento), revolucionarán los sistemas productivos conocidos hasta el momento, mejorando así la productividad y la eficiencia, lo que generará una sustitución del viejo taller artesanal por la nueva fábrica mecanizada.
Con el desarrollo de las nuevas fábricas, se incrementará de forma exponencial la cantidad de productos, lo que a su vez permitirá una reducción de sus costes, logrando de esta manera abarcar una mayor cuota de mercado.
Esto a su vez permite un mayor acceso por parte de la sociedad, a productos que anteriormente estaban dirigidos a un segmento muy reducido de consumidores.
Segunda revolución industrial
Entre los años 1870 y 1880 (siglo XIX) comienzan a generarse una serie de cambios principalmente en Estados Unidos, que impulsan a una segunda revolución industrial. Consistirá básicamente en la incorporación al sistema productivo, de la electricidad y el petróleo, la utilización del acero, y la mecanización y automatización de los sistemas productivos.
La electricidad fue ganando terreno al vapor como fuente de energía, como así también el petróleo que contribuyó al desarrollo del motor de explosión y nuevas formas de transporte como el automóvil o el avión.
En esta etapa aparece la cinta transportadora (1870 en un matadero de Cincinnati, aunque los antecedentes datan de 1795 en la industria minera), así como la mecanización y automatización de procesos productivos.
Pequeñas fábricas familiares pasan a convertirse en grandes industrias, donde sus trabajadores se especializan en realizar solo una parte del proceso productivo; lejos de lo que implicaba el trabajo artesanal.
Con el patentamiento de la bombilla de luz por Thomas Edison, se hace posible el funcionamiento de las fábricas durante las 24 horas, siendo que sus empleados podrán trabajar entonces por las noches al estar la fábrica iluminada.
Tercera revolución industrial
Más conocida como “Revolución científico-tecnológica”, “Revolución de la inteligencia” o “Tercera revolución tecnológica”, comienza a gestarse entre finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Por poner nombres, también se la ha bautizado como “Revolución Industrial 3.0”, relacionándola al acceso global a internet.
Las bases sobre las que se asienta esta revolución son la transformación de las comunicaciones y las tecnologías de la información, principalmente por el nacimiento de internet (en 1990 nace la World Wide Web), y el desarrollo de nuevas formas de energía y su almacenamiento.
Si en la primera Revolución Industrial la energía que impulsó dicha revolución fue el vapor, y en la segunda Revolución Industrial lo fue la electricidad y el combustible fósil, en esta tercera Revolución Industrial lo serán las energías renovables.
Sin duda alguna, tanto el desarrollo de las telecomunicaciones como de las fuentes de energía renovables han generado un cambio no solo en los procesos de producción, sino en la creación de nuevas oportunidades de negocios y cambios en diversos aspectos sociales.
Edificios que se convierten en plantas de energía, baterías recargables, surgimiento de los Smart Phone o la Smart TV (por poner algunos ejemplos), vehículos híbridos o eléctricos, son producto de la tercera Revolución Industrial. Esta se formalizó mediante una declaración formal aprobada por el Parlamento Europeo en junio de 2007, motivada por el cambio climático y el desarrollo de una economía sostenible.
Cuarta revolución industrial
Conocida como “Industria 4.0”, esta revolución estará generada por los avances en los campos de la robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, biotecnología, computación cuántica, internet de las cosas (Big Data), impresión 3D y vehículos autónomos, según Klaus Schwab (economista alemán y fundador del Foro Económico Mundial, donde en 2016 estableció el concepto de Cuarta Revolución Industrial).
Las principales características de esta nueva revolución, y las diferencias con las anteriores, se basan principalmente en la inteligencia artificial.
Los sistemas en una fábrica de esta nueva era son capaces de detectar de forma automática fallos en la producción, ineficiencias o errores en los procesos, o realizar predicciones gracias a inmenso caudal de información almacenada en diversas fuentes como “la nube”.
Las máquinas (o robots) a su vez se encuentran interconectadas con fuentes de información (como el internet de las cosas), capaces de trabajar de forma autónoma, flexibilizando así la producción en masa.
Estos sistemas conocidos como ciberfísicos, posibilitan replicar el mundo real en un entorno digital.
Es importante destacar que, si en la tercera revolución industrial se logró interconectar a las personas mediante internet y compartir mayor cantidad de información, en esta nueva revolución toda la información almacenada en la red se gestiona de cierta forma (mediante técnicas de Big Data) con el fin de crear cosas tangibles (internet de las cosas) que afecten al mundo real; lo que en definitiva se traduce a la vida de las personas.
¿Cómo prepararme académicamente para los rápidos avances de la industria?
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¿A qué esperas para unirte a la próxima Revolución Industrial?
Autor del post: Marcos Antinao- Analista de riesgos
Licenciado en Administración por la Universidad Adventista del Plata (Argentina). Especialista en Análisis del Riesgo de Crédito (I.E.B.). Máster en Finanzas por la Universidad Carlos III de Madrid. Técnico en Análisis Bursátil y Productos Financieros (ESINE). Certificación EFA (European Financial Advisor), concedida por €FPA España.
Ha desarrollado su carrera profesional principalmente en el sector financiero, mediante su paso por empresas como AMERICAN SUISSE CAPITAL, AMERICAN EXPRESS FOREIGN EXCHANGE o ALTA FINANCIAL, y también como consultor independiente.
En la actualidad es analista de riesgos en Banco Santander, profesor titular en el Master en Administración Financiera de la Universidad Montrer (México) y profesor en la Escuela de Negocios y Dirección.