La innovación y el emprendimiento son términos que han cobrado gran importancia en los últimos años e incluso en las últimas décadas. Si bien es cierto que son dos conceptos distintos, la mayoría de las veces la innovación y el emprendimiento van de la mano mediante el desarrollo de ideas de negocio.
Términos innovación y emprendimiento
Por un lado, innovar es crear algo introduciendo una novedad. Mientras, emprender, término que ha cobrado gran protagonismo, significa comenzar un negocio en el que se desarrolla una idea de producto o servicio a través de un negocio, destinado a cubrir una necesidad en el mercado.
Entonces, de base, un emprendedor no tiene porqué lanzarse al mercado con una idea innovadora: por ejemplo, se puede emprender con una panadería en un pueblo que hasta el momento carecía de ese servicio. En este caso estaríamos hablando de emprendimiento pero no necesariamente de innovación aunque, en cualquier caso, una idea de negocio que acaba de ejecutarse es muy susceptible de ser innovadora o acabar innovando para adaptarse a los cambiantes gustos de sus potenciales consumidores.
De esta forma, tanto la innovación como el emprendimiento acaban convirtiéndose en un factor para el desarrollo económico y social.
Investigación, desarrollo e innovación
No en vano, los términos “investigación”, “desarrollo” e “innovación” conforman las famosas siglas I+D+i. Este concepto hace referencia a factores como la investigación y la experimentación como motores en el desarrollo de una empresa u organización y que suponen, más que un gasto, una inversión de futuro.
Según la Real Academia de la Lengua, emprender es “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Si bien comenzar cualquier negocio siempre entraña cierto riesgo, la cultura del emprendimiento va ligada a las startup, empresas con gran capacidad de cambio, innovación y ligadas en la mayoría de los casos a las tecnologías. Estas empresas suelen comercializar un producto o servicio que da respuesta a una necesidad a través de una idea innovadora. Si la idea innovadora triunfa en el mercado, suelen crecer rápidamente.
Factores de desarrollo económico y social
Así, las formas de emprendimiento que entrañan innovación se convierten en un factor de desarrollo económico y social al dar lugar a cambios tecnológicos, innovaciones, empleo y formación de capital.
En definitiva, innovar es un camino para el desarrollo que ya han tomado muchas grandes, medianas y pequeñas empresas y que el emprendimiento toma casi siempre de serie. Y gracias a muchas de estas novedades introducidas por las ideas disruptivas nuestra sociedad avanza en un contexto en que la innovación y el emprendimiento se convierten en abanderados del desarrollo.