La crisis económica y financiera de 2008 golpeó con dureza a España dejando claro, entre otras cosas, que el modelo económico del país, basado en la construcción y el consumo interno, estaba agotado. Había y hay consenso entre los economistas: la recuperación vendrá de las exportaciones, del comercio internacional. Las empresas necesitan gente con idiomas y formación especializada, por ejemplo, un máster en comercio internacional.
¿Por qué el comercio internacional es la única salida de la crisis en España?
Según el consenso de los economistas, porque el consumo interno no volverá a los niveles previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. El Estado, las familias y las empresas registran alto niveles de endeudamiento, por lo que su capacidad de compra es mínima y, al menos a corto plazo, no se volverá a los niveles de consumo registrados entre 2000 y 2007.
En ese contexto, ayudado por el fenómeno de la globalización, la interconexión de todos los países gracias a la apertura de las fronteras y los avances tecnológicos, vender fuera de España es una necesidad. Y hay muchas empresas que lo hacen con éxito, especialmente dentro de la Unión Europa, el principal destino de nuestras exportaciones y también el origen primario de las mismas.
España tiene en Francia (15,7 % del total), Alemania (10,4 %), Portugal (7,5 %), Italia y el Reino Unido sus mercados básicos. Pero la pujanza de la industria exportadora española, para la que es básico contar con profesionales formados en comercio internacional, se prueba con un dato. En 2014, Estados Unidos fue el sexto comprador de productos españoles. Los americanos compraron más de 10.000 millones de euros de mercancías hispanas.
Los gerentes de las empresas exportadoras coinciden: España necesita exportar. Y para ello, innovar y contar con profesionales especializados en comercio internacional.